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Condiciones ambientales, en el cultivo interior de marihuana

im. clima Es importante conocer las condiciones climatológicas que queremos crear a la hora de escoger la ubicación ideal para el cultivo de interior. Las plantas de cannabis son capaces de soportar temperaturas de entre 10 y 40 grados centígrados, deteniéndose el crecimiento en dichos límites. La temperatura deber mantenerse entre 17 y 30 grados siendo 24 grados la ideal. Lógicamente la temperatura desciende durante las horas de oscuridad. Con temperaturas muy altas las plantas gastan mucha de su energía en disipar el calor y las temperaturas muy bajas pueden llegar a matarlas. La marihuana es capaz de absorber una cantidad de anhídrido carbónico (CO2) del aire, en una concentración mucho mayor a la que se encuentra en la atmósfera. El aire contiene un 0.003% de CO2 y las plantas experimentan un aumento del crecimiento de casi el doble bajo concentraciones de CO2 del 0.015%. Existen sistemas a la venta para aumentar el nivel de CO2 en el cultivo. Aunque el CO2 es incoloro, inodoro y no es inflamable, puede ser peligroso rebasar los límites establecidos. De todas formas se puede lograr un gran resultado sin necesidad de tanta sofisticación. El simple aporte de aire fresco del exterior (filtrado, por supuesto) nos aportar el CO2 necesario. El aire debe ser movido mediante un ventilador en el interior del sistema, para asegurar que el aire fresco llega a todas las plantas. El sistema necesita de una entrada de aire, que puede venir del exterior mediante succión y filtrado, o desde la misma estancia donde se instale el cultivo si esta es suficientemente amplia y ventilada. Sera necesaria una salida de dicho aire mediante un extractor al exterior. Resumiendo, se precisa una entrada filtrada con o sin extractor, una salida con extractor y un ventilador en la parte superior del interior del cultivo para que dicho aire circule. Conviene que las plantas se muevan ligeramente. Los ventiladores funcionaran cuando la luz funcione, aunque se pueden programar mediante temporizadores. Desde luego así no aumentaremos el porcentaje de CO2 en el sistema, pero evitaremos que descienda. Las estufas y calentadores de gas aumentan la concentración de CO2 en el ambiente, aunque pueden causar problemas con la temperatura (debemos pensar que las lámparas darán calor). Las visitas al jardín serán agradecidas por las plantas pues nuestra respiración aumentar el nivel de anhídrido carbónico del ambiente. Las plantas desprenden olor, sobretodo en ciertas fases del proceso. Si esto pudiese ser un problema, se aconseja el uso de ionizadores de aire o, colocar filtros atin-olor en la extracción. La humedad del ambiente conviene mantenerla entre el 40 y el 60%, el uso de un termometro-higrometro con máximas y mínimas del día sería aconsejable. Las medidas del sistema dependen en parte de la potencia de la luz, aunque hemos de pensar que las plantas medirán aproximadamente un metro de alto, más la altura de la maceta, más la distancia entre la luz y las plantas y el grosor de la luz con las cadenas y anclaje, será necesaria una altura de por los menos dos metros. Si no se dispone de tanta altura se pueden forzar las plantas a floración antes de esta forma se cosechara más rápido pero menos cantidad por planta. El área aquí recomendada es de 180x60, aproximadamente 1 metro cuadrado. Si se hacen dos cultivos simultáneos, uno de crecimiento y otro de floración, este último requerirá mayor altura. Es necesario que los cultivos sean estancos a la luz, sobretodo en la fase de floración, donde interesa que durante la ``noche", la oscuridad sea total. Asimismo se aconseja que dichas paredes sean refractantes en su interior, y que el material del que están hechas colabore a crear las condiciones climáticas ideales. Forrar las paredes de porexpan (u otro aislante) nos ayudara a conservaran la temperatura del cultivo y a protegerlo del frio y el calor. Existen armarios de cultivo reúnen están condiciones y están pensados para un cultivo de interior optimo además los hay en varias medidas dependiendo del espacio que dispongáis. Podríamos decir que el sitio ideal sería un sótano pues suelen tener un clima similar durante todo el año, pero puede ser instalado en cualquier habitación, armario, altillo, etc. Es mejor que este alejado de jardines o cualquier tipo de vegetación pues puede traernos plagas muy problemáticas. La limpieza de manos y cambio de ropa no esté de más si se ha trabajado en un huerto o jardín, o si se viene del campo. Asimismo no es aconsejable introducir en el cultivo plantas provenientes del exterior o de otros cultivos. En los cultivos de interior las plantas son sometidas a un régimen de luz de un mínimo de 18 horas durante el periodo de crecimiento, aunque algunos cultivadores sostienen que durante esta fase las plantas no necesitan descanso, mientras tengan suficiente aporte de agua y luz, por lo que las someten a un régimen continuo de 24 horas de luz. La diferencia entre los dos regímenes estriba en la duración de la fase de crecimiento (horas de luz = crecimiento). Si es necesario por algún motivo tener las luces apagadas en algún momento del día, es mejor darles 18 horas de luz, nunca menos. Si no hay ningún inconveniente es mejor usar el sistema de régimen continuo (24 horas de luz), las lámparas lo agradecen, pues los sucesivos encendidos y apagados les acortan la vida. (Es conveniente esperar a una media hora si se quiere volver a encender una lámpara de alta presión tras un apagado o una desconexión). El régimen elegido a de ser constante. Podemos provocar la floración cuando lo deseemos, con el simple procedimiento de acortar el periodo diurno a 12 horas. Las 12 horas de noche forzaran a la planta a florecer, es importante que la oscuridad sea total, polución de luz en esos momentos puede evitar que los cogollos se desarrollen correctamente. (El uso de temporizadores es obligado pues los periodos deben ser exactos.) Dado que las luces no penetran con la potencia deseada mucho más de 60-80 cm a partir de la distancia de seguridad, no conviene dejar crecer vegetativamente mucho las plantas, pues durante la floración pueden llegar a doblar su tamaño y exceder las medidas que deseamos. (La marihuana en la naturaleza suele medir entre 1'5 y 3 metros según especies). De alguna manera estamos creando ``bonsáis" de marihuana a medida. Las alturas recomendadas para iniciar el proceso de floración (12 horas da/12 horas noche), las limitaremos entre un mínimo de o de 20 cm. y un máximo de 38 cm. Según la altura de nuestro sistema y la potencia de las lámparas buscaremos la altura ideal entre dichos límites para nuestras necesidades. Si cultivamos especies diferentes puede que requieran ser llevadas a floración a alturas distintas. No conviene mucho que las plantas rebasen el metro y medio, en la madurez medirán entre 60 cm. y 1 metro. Si alguna se dispara se le puede doblar la punta con un alambre o un hilo. Se puede dominar a voluntad la dirección del crecimiento de una planta. La punta contiene un inhibidor que evita que las ramas laterales superen la altura de la punta, esta dará el cogollo más grande y potente. Con el simple hecho de cortar o doblar la punta, se neutraliza ese inhibidor y las ramas laterales pugnan por ser la más alta, con lo que la planta crece más ancha y ramificada, se recomienda más doblar la planta desde casi la mitad, antes que cortarla. Las plantas que se espiguen se irán colocando en los laterales del sistema para que no hagan sombra a otras más bajas.

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